Me cuesta como nunca
nombrar los árboles y las ventanas
y también el futuro y el dolor
el campanario está invisible y mudo
pero si se expresara
sus tañidos
serían de un fantasma melancólico
la esquina pierde su ángulo filoso
nadie diría que la crueldad existe
la sangre mártir es apenas
una pálida mancha de rencor
cómo cambian las cosas
en la niebla
los voraces no son
más que pobres seguros de sí mismos
los sádicos son colmos de ironía
los soberbios son proas
de algún coraje ajeno
los humildes en cambio no se ven
pero yo sé quién es quién
detrás de ese telón de incertidumbre
sé dónde está el abismo
sé dónde no está dios
sé dónde está la muerte
sé dónde no estás tú
la niebla no es olvido
sino postergación anticipada
ojalá que la espera
no desgaste mis sueños
ojalá que la niebla
no llegue a mis pulmones
y que vos muchachita
emerjas de ella
como un lindo recuerdo
que se convierte en rostro
y yo sepa por fin
que dejas para siempre
la espesura de ese aire maldito
cuando tus ojos encuentren y celebren
mi bienvenida que no tiene pausas.
Mario Benedetti
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domingo, 29 de mayo de 2016
miércoles, 25 de mayo de 2016
Credo - Mario Benedetti
De pronto uno se aleja
de las imágenes queridas
amiga
quedás frágil en el horizonte
te he dejado pensando en muchas cosas
pero ojalá pienses un poco en mí
vos sabés
en esta excursión a la muerte
que es la vida
me siento bien acompañado
me siento casi con respuestas
cuando puedo imaginar que allá lejos
quizá creas en mi credo antes de dormirte
o te cruces conmigo en los pasillos del sueño
está demás decirte que a esta altura
no creo en predicadores ni en generales
ni en las nalgas de miss universo
ni en el arrepentimiento de los verdugos
ni en el catecismo del confort
ni en el flaco perdón de dios
a esta altura del partido
creo en los ojos y las manos del pueblo
en general
y en tus ojos y tus manos
en particular.
Mario Benedetti
lunes, 23 de mayo de 2016
Intimidad - Mario Benedetti
Soñamos juntos
juntos despertamos
el tiempo hace o deshace
mientras tanto
no le importan tu sueño
ni mi sueño
somos torpes
o demasiado cautos
pensamos que no cae
esa gaviota
creemos que es eterno
este conjuro
que la batalla es nuestra
o de ninguno
juntos vivimos
sucumbimos juntos
pero esa destrucción
es una broma
un detalle una ráfaga
un vestigio
y un abrirse y cerrarse
el paraíso
ya nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío
quiero que me relates
el duelo que te callas
por mi parte te ofrezco
mi última confianza
estás sola
estoy solo
pero a veces
puede la soledad
ser
una llama.
Mario Benedetti
juntos despertamos
el tiempo hace o deshace
mientras tanto
no le importan tu sueño
ni mi sueño
somos torpes
o demasiado cautos
pensamos que no cae
esa gaviota
creemos que es eterno
este conjuro
que la batalla es nuestra
o de ninguno
juntos vivimos
sucumbimos juntos
pero esa destrucción
es una broma
un detalle una ráfaga
un vestigio
y un abrirse y cerrarse
el paraíso
ya nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío
quiero que me relates
el duelo que te callas
por mi parte te ofrezco
mi última confianza
estás sola
estoy solo
pero a veces
puede la soledad
ser
una llama.
Mario Benedetti
viernes, 20 de mayo de 2016
Hombre que mira a una muchacha - Mario Benedetti
Para que nunca haya malentendidos
para que nada se interponga
voy a explicarte lo que mi amor convoca
tus ojos que se caen de desconcierto
y otras veces se alzan penetrantes y tibios
tienen tanta importancia que yo mismo me asombro
tus lindas manos mágicas
que te expresan a veces mejor que las palabras
tan importantes son que no oso tocarlas
y si un día las toco es solamente
para retransmitirte ciertas claves
tu cuerpo pendular
que duda en recibirse o entregarse
y es tan joven que enseña a pesar tuyo
es un dato del cual me faltan datos
y sin embargo ayudo a conocerlo
tus labios puestos en el entusiasmo
que dibuja palabras y promete promesas
son en tu imagen para mí los héroes
y son también el ángel enemigo
en mi amor estás toda o casi toda
me faltan cifras pero las calculo
faltan indicios pero los descubro
sin embargo en mi amor hay otras cosas
por ejemplo los sueños con que muevo la tierra
la pobre lucha que libré y libramos
los buenos odios esos que ennoblecen
el diálogo constante con mi gente
la pregunta punzante que me hicieron
las respuestas veraces que no di
en mi amor hay también corajes varios
y un miedo que a menudo los resume
hay hombres como yo que miran tras las rejas
a una muchacha que podrías ser vos
en mi amor hay faena y hay descanso
sencillas recompensas y complejos castigos
hay dos o tres mujeres que forman tu prehistoria
y hay muchos años demasiados años
de inventar alegrías y creerlas
después a pie juntillas
querría que en mi amor vieras todo eso
y que vos muchachita
con paciencia y cautela
sin herirme ni herirte
rescataras de allí la luna el río
los emblemas rituales
los proyectos de besos o de adioses
el corazón que aguarda pese a todo.
Mario Benedetti - Poemas de otros.
para que nada se interponga
voy a explicarte lo que mi amor convoca
tus ojos que se caen de desconcierto
y otras veces se alzan penetrantes y tibios
tienen tanta importancia que yo mismo me asombro
tus lindas manos mágicas
que te expresan a veces mejor que las palabras
tan importantes son que no oso tocarlas
y si un día las toco es solamente
para retransmitirte ciertas claves
tu cuerpo pendular
que duda en recibirse o entregarse
y es tan joven que enseña a pesar tuyo
es un dato del cual me faltan datos
y sin embargo ayudo a conocerlo
tus labios puestos en el entusiasmo
que dibuja palabras y promete promesas
son en tu imagen para mí los héroes
y son también el ángel enemigo
en mi amor estás toda o casi toda
me faltan cifras pero las calculo
faltan indicios pero los descubro
sin embargo en mi amor hay otras cosas
por ejemplo los sueños con que muevo la tierra
la pobre lucha que libré y libramos
los buenos odios esos que ennoblecen
el diálogo constante con mi gente
la pregunta punzante que me hicieron
las respuestas veraces que no di
en mi amor hay también corajes varios
y un miedo que a menudo los resume
hay hombres como yo que miran tras las rejas
a una muchacha que podrías ser vos
en mi amor hay faena y hay descanso
sencillas recompensas y complejos castigos
hay dos o tres mujeres que forman tu prehistoria
y hay muchos años demasiados años
de inventar alegrías y creerlas
después a pie juntillas
querría que en mi amor vieras todo eso
y que vos muchachita
con paciencia y cautela
sin herirme ni herirte
rescataras de allí la luna el río
los emblemas rituales
los proyectos de besos o de adioses
el corazón que aguarda pese a todo.
Mario Benedetti - Poemas de otros.
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Mario Benedetti
Ubicación:
Barcelona, Barcelona, España
domingo, 10 de enero de 2016
Alegría de la tristeza - Mario Benedetti
En las viejas telarañas de la tristeza
suelen caer las moscas de sartre
pero nunca las avispas de aristófanes
uno puede entristecerse
por muchas razones y sinrazones
y la mayoría de las veces sin motivo aparente
sólo porque el corazón se achica un poco
no por cobardía sino por piedad
la tristeza puede hacerse presente
con palabras claves o silencios porfiados
de todas maneras va a llegar
y hay que aprontarse a recibirla
la tristeza sobreviene a veces
ante el hambre millonaria del mundo
o frente al pozo de alma de los desalmados
el dolor por el dolor ajeno
es una constancia de estar vivo
después de todo / pese a todo
hay una alegría extraña / desbloqueada
en saber que aún podemos estar tristes
Mario Benedetti
martes, 8 de diciembre de 2015
Ahora y nada
Tengo un trabajo conjurado y denso
pero no importa lo interrumpo
necesito una tregua con distancia
una paz despojada de ansiedades
un ocio sin escrúpulos de ocio
me siento en la terraza a no hacer nada
ni siquiera a leer un texto fácil
tan sólo que las manos se abandonen
los ojos se habitúen al otoño
la espalda a estar sin alas
allá abajo la plaza verde y ocre
con sus perros higiénicos y ágiles
que se vengan de encierro y celibatos
miro el cielo naranja
cruzado por antenas
y sólo al encontrarme
con los rumores metropolitanos
existe la ciudad remota y próxima
mientras hamaco mi ocio
tengo que defenderlo
y sobre todo tengo
que aprender a gozarlo
de pronto asumo que este instante
nada ritual es un oasis
la discutible soledad
en la que puedo ser yo mismo
vaya a saber lo que uno sabe
para quedarse aquí tapando aullidos
olvidando las horas en acecho
uniendo las mitades de la vida
es una calma gris sin concesiones
y sin los desencuentros de la urgencia
una tranquilidad convaleciente
y algo tediosa
claro
no sé si este sosiego es necesario
de todos modos no es inexpugnable
lo asedian los recuerdos cenagosos
las pálidas vergüenzas
el oscuro subsuelo de la calma
las mágicas palabras nunca dichas
los silencios violados
los gestos abrasados y abrazantes
los yermos del amor
los mitos resurrectos
la araña con su tela de rencores
la furia sin rescoldo
el corazón sin huésped
es una calma desvelada
por las fogatas que apagué
y por la infancia que me espía
mi vigilia en desorden tiene puestas
sus miradas en la paz temblorosa
la que mueve los árboles sin pájaros
como si les quitara un sortilegio
y también tiene puestas
sus esperanzas en la astucia
de mi memoria que da y quita
huellas y nombres
voz y voces
debo reconocer que en esta calma
me siento como sapo de otro pozo
no sé si tendré ganas
de hundir me para siempre en el sosiego
allá abajo en la plaza verde y ocre
perritos y perrazos bien se lamen
con cierta discreción y sin tristeza
aunque dios los creara
ellos no creen en dios
y si a menudo alzan una pata
no es para bendecir el árbol
ciertamente
bonanza de emergencia
esta tregua sin fiebre
la siento en las rodillas
gorriones de penuria
avanzan paso a paso
en un tango liberto
no hay otros habitantes
y si los hay no cuentan
tampoco cuento yo
vuelvo a mis soledades
esas pobres contiguas
que me miran llegar
como un poseso
otra vez al trabajo conjurado
por hoy
basta de calma
Mario Benedetti
pero no importa lo interrumpo
necesito una tregua con distancia
una paz despojada de ansiedades
un ocio sin escrúpulos de ocio
me siento en la terraza a no hacer nada
ni siquiera a leer un texto fácil
tan sólo que las manos se abandonen
los ojos se habitúen al otoño
la espalda a estar sin alas
allá abajo la plaza verde y ocre
con sus perros higiénicos y ágiles
que se vengan de encierro y celibatos
miro el cielo naranja
cruzado por antenas
y sólo al encontrarme
con los rumores metropolitanos
existe la ciudad remota y próxima
mientras hamaco mi ocio
tengo que defenderlo
y sobre todo tengo
que aprender a gozarlo
de pronto asumo que este instante
nada ritual es un oasis
la discutible soledad
en la que puedo ser yo mismo
vaya a saber lo que uno sabe
para quedarse aquí tapando aullidos
olvidando las horas en acecho
uniendo las mitades de la vida
es una calma gris sin concesiones
y sin los desencuentros de la urgencia
una tranquilidad convaleciente
y algo tediosa
claro
no sé si este sosiego es necesario
de todos modos no es inexpugnable
lo asedian los recuerdos cenagosos
las pálidas vergüenzas
el oscuro subsuelo de la calma
las mágicas palabras nunca dichas
los silencios violados
los gestos abrasados y abrazantes
los yermos del amor
los mitos resurrectos
la araña con su tela de rencores
la furia sin rescoldo
el corazón sin huésped
es una calma desvelada
por las fogatas que apagué
y por la infancia que me espía
mi vigilia en desorden tiene puestas
sus miradas en la paz temblorosa
la que mueve los árboles sin pájaros
como si les quitara un sortilegio
y también tiene puestas
sus esperanzas en la astucia
de mi memoria que da y quita
huellas y nombres
voz y voces
debo reconocer que en esta calma
me siento como sapo de otro pozo
no sé si tendré ganas
de hundir me para siempre en el sosiego
allá abajo en la plaza verde y ocre
perritos y perrazos bien se lamen
con cierta discreción y sin tristeza
aunque dios los creara
ellos no creen en dios
y si a menudo alzan una pata
no es para bendecir el árbol
ciertamente
bonanza de emergencia
esta tregua sin fiebre
la siento en las rodillas
gorriones de penuria
avanzan paso a paso
en un tango liberto
no hay otros habitantes
y si los hay no cuentan
tampoco cuento yo
vuelvo a mis soledades
esas pobres contiguas
que me miran llegar
como un poseso
otra vez al trabajo conjurado
por hoy
basta de calma
Mario Benedetti
sábado, 31 de octubre de 2015
Ah soledades - Mario Benedetti
Las soledades / jaulas de uno mismo
lista infinita de deseos pródigos
ruleta con apuestas al tuntún
libre administración de los azares
son / pese a todo / claves de una historia
las soledades saben de paciencia
de sentimientos estrujados / tímidos
de abstinencia de odios y rencores
de arrebatos sin causa ni secuelas
de protección de la ternura mártir
las soledades son hebras de muerte
pero sirven también para la vida
de miserias sobrantes se alimentan
o de ayunos lujosos que no importan
en realidad son sueños residuales
las soledades niegan la rutina
se incorporan al hueco del insomnio
son tan opacas o tan transparentes
como lo acepte el filtro de la noche
o lo permita el celador del alma
las soledades son deudas a término
incertidumbre de un destierro fértil
excusas del amor la sangre el sexo
ya que ejercen el raro monopolio
de inventar rostros cópulas promesas
las soledades son fiestas calladas
vaga frontera entre silencio y caos
radar que verifica alrededores
hasta que encuentra un prójimo / otro solo /
y le tiende su cabo de esperanza
las soledades pierden o hallan rumbos
conviven con milagros y fantasmas
se resguardan del sol y de la sombra
blindan su espacio propio / su clausura
y tienden a anudar los hilos sueltos
las soledades llenan un vacío
gracias a ellas nos despabilamos
y lentamente vamos aprendiendo
que el clan humano es después de todo
una congregación de soledades
Mario Benedetti
lista infinita de deseos pródigos
ruleta con apuestas al tuntún
libre administración de los azares
son / pese a todo / claves de una historia
las soledades saben de paciencia
de sentimientos estrujados / tímidos
de abstinencia de odios y rencores
de arrebatos sin causa ni secuelas
de protección de la ternura mártir
las soledades son hebras de muerte
pero sirven también para la vida
de miserias sobrantes se alimentan
o de ayunos lujosos que no importan
en realidad son sueños residuales
las soledades niegan la rutina
se incorporan al hueco del insomnio
son tan opacas o tan transparentes
como lo acepte el filtro de la noche
o lo permita el celador del alma
las soledades son deudas a término
incertidumbre de un destierro fértil
excusas del amor la sangre el sexo
ya que ejercen el raro monopolio
de inventar rostros cópulas promesas
las soledades son fiestas calladas
vaga frontera entre silencio y caos
radar que verifica alrededores
hasta que encuentra un prójimo / otro solo /
y le tiende su cabo de esperanza
las soledades pierden o hallan rumbos
conviven con milagros y fantasmas
se resguardan del sol y de la sombra
blindan su espacio propio / su clausura
y tienden a anudar los hilos sueltos
las soledades llenan un vacío
gracias a ellas nos despabilamos
y lentamente vamos aprendiendo
que el clan humano es después de todo
una congregación de soledades
Mario Benedetti
viernes, 30 de octubre de 2015
Ahora en cambio - Mario Benedetti
Hubiera entregado el Dios que no poseo,
hubiera aprendido tres o cuatro signos,
y así desalentado,
así fiel, ceniciento,
invariable como un recuerdo atroz,
me hubiera respondido,
me hubiera transformado en ademanes
me hubiera convencido como todos,
refugiado en el hambre universal,
salvado para siempre y para nada.
Ahora en cambio estoy un poco solo,
de veras un poco solo y solo.
Mi tristeza es un vaso de oraciones
que se derraman sobre el césped
y desde el césped nace Dios
y está también un poco solo,
de veras un poco solo y solo.
Mas yo le ayudo a conocer las aves
y en toda su extensión la herejía vegetal,
los corazones de sus alegres huérfanos,
la tierra que es la palma de su mano.
Mario Benedetti - Sólo mientras tanto.
hubiera aprendido tres o cuatro signos,
y así desalentado,
así fiel, ceniciento,
invariable como un recuerdo atroz,
me hubiera respondido,
me hubiera transformado en ademanes
me hubiera convencido como todos,
refugiado en el hambre universal,
salvado para siempre y para nada.
Ahora en cambio estoy un poco solo,
de veras un poco solo y solo.
Mi tristeza es un vaso de oraciones
que se derraman sobre el césped
y desde el césped nace Dios
y está también un poco solo,
de veras un poco solo y solo.
Mas yo le ayudo a conocer las aves
y en toda su extensión la herejía vegetal,
los corazones de sus alegres huérfanos,
la tierra que es la palma de su mano.
Mario Benedetti - Sólo mientras tanto.
miércoles, 28 de octubre de 2015
Peros - Mario Benedetti
Las circunstancias / tiempo en carne viva /
ponen a nuestro alcance pena y goces
pero
más de una vez nos llevan a remolque
amor es más que un juego o un diluvio
es el cuerpo y el alma a la intemperie
pero
si se va la lujuria ya no vuelve
el trabajo es un bálsamo / un compás /
gracias a él lidiamos con las horas
pero
hay un ocio final que no perdona
la vida puede ser un vendaval
que sacude mis sueños y tus duendes
pero
la vida tiene obligación de muerte
Mario Benedetti - La vida, ese paréntesis.
sábado, 24 de octubre de 2015
El otro Yo - Mario Benedetti
Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban
rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los
dedos a la naríz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en
todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.
El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente , se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse imcómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.
Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañama siguiente se habia suicidado.
Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.
Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió a la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas.
Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: «Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte y saludable».
El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.
Mario Benedetti
martes, 13 de octubre de 2015
Domingo 8 de setiembre - Mario Benedetti
Esta tarde hicimos el amor. Lo hemos hecho tantas veces y sin embargo no
lo he registrado. Pero hoy fue algo maravilloso. Nunca en mi vida, ni
con Isabel ni con nadie, me sentí tan cerca de la gloria. A veces pienso
que Avellaneda es como una horma que se ha instalado en mi pecho y lo
está agrandando, lo está poniendo en condiciones adecuadas para sentir
cada día más. Lo cierto es que yo ignoraba que tenía en mí esas reservas
de ternura. Y no me importa que ésta sea una palabra sin prestigio.
Tengo ternura y me siento orgulloso de tenerla. Hasta el deseo se vuelve
puro, hasta el acto más definitivamente consagrado al sexo se vuelve
casi inmaculado. Pero esa pureza no es mojigatería, no es afectación, no
es pretender que sólo apunto al alma. Esa pureza es querer cada
centímetro de su piel, es aspirar su olor, es recorrer su vientre, poro a
poro. Es llevar el deseo hasta la cumbre.
lunes, 21 de septiembre de 2015
Fuego mudo - Mario Benedetti
A veces el silencio
convoca algarabías
parodias de coraje
espejismos de duende
tangos a contrapelo
desconsoladas rabias
pregones de la muerte
sed y hambre de vos
pero otras veces es
solamente silencio
soledad como un roble
desierto sin oasis
nave desarbolada
tristeza que gotea
alrededor de escombros
fuego mudo
Mario Benedetti
convoca algarabías
parodias de coraje
espejismos de duende
tangos a contrapelo
desconsoladas rabias
pregones de la muerte
sed y hambre de vos
pero otras veces es
solamente silencio
soledad como un roble
desierto sin oasis
nave desarbolada
tristeza que gotea
alrededor de escombros
fuego mudo
Mario Benedetti
domingo, 20 de septiembre de 2015
lunes, 14 de septiembre de 2015
Como árboles - Mario Benedetti
Quién hubiera dicho
que estos poemas de otros
iban a ser
míos
después de todo hay hombres que no fui
y sin embargo quise ser
si no por una vida al menos por un rato
o por un parpadeo
en cambio hay hombres que fui
y ya no soy ni puedo ser
y esto no siempre es un avance
a veces es una tristeza
hay deseos profundos y nonatos
que prolongué como coordenadas
hay fantasías que me prometi
y desgraciadamente no he cumplido
y otras que me cumplí sin prometérmelas
hay rostros de verdad
que alumbraron mis fábulas
rostros que no vi más pero siguieron
vigilándome desde
la letra en que los puse
hay fantasmas de carne otros de hueso
también hay los de lumbre y corazón
o sea cuerpos en pena almas en júbilo
que vi o toqué o simplemente puse
a secar
a vivir
a gozar
a morirse
pero además está lo qe advertí de lejos
yo también escuché una paloma
que era de otros diluvios
yo tambén destrocé un paraíso
que era de otras infancias
yo también gemí un sueño
que era de otros amores
asi pues
desde este misterioso confín de la existencia
los otros me ampararon como árboles
con nidos o sin nidos
poco importa
no me dieron envidia sino frutos
esos otros están
aqui
sus poemas
son mentiras de a puño
son verdades piadosas
están aqui
rodeándome
juzgandome
con las pobres palabras que les di
hombres que miran tierra y cielo
a través de la niebla
o sin sus anteojos
también a mí me miran
con la pobre mirada que les di
son otros que están fuera de mi reino
claro
pero además
estoy en ellos
a veces tienen lo que nunca tuve
a veces aman lo que quise amar
a veces odian lo que estoy odiando
de pronto me parecen lejanos
tan remotos
que me dan vértigo y melancolía
y los veo minados por un duelo sin llanto
y otras veces en cambio
los presiento tan cerca
que miro por sus ojos
y toco por sus manos
y cuando odian me alegro de su rencor
y cuando aman me arrimo a su alegría
quién hubiera dicho
que estos poemas míos
iban a ser
de otros.
Mario Benedetti
domingo, 30 de agosto de 2015
miércoles, 26 de agosto de 2015
Ausencias
Las cosas que nos faltan, cuántas cosas. Las que quedaron en el camino o
nunca accedieron a él. Quien más, quien menos, todos llevamos una
filatelia de las ausencias.
Hay partidas, adioses de los que no volvieron ni volverán. Aun en las mejores y conquistadas alegrías, sobreviene de pronto un vacío y nos quedamos taciturnos, solos, tiernamente desolados.
Por suerte cuando soñamos vuelven todos, los que todavía son y los que fueron. Y abrazamos fantasmas, almas en pena y almas en gloria. Ellos nos cuentan su impiadosa sobrevida, aunque, eso sí, marcando siempre su territorio, que es sólo invierno.
Su exilio tan pasivo, tan inerte, no está consolidado. Con su martirio, nos martirizamos, quizá porque sabemos que todo eso acaba en un opaco despertar. Viene entonces la fase de ojos abiertos, también llamada insomnio. Allá arriba está el cielo raso, con la araña de siempre en su rincón de redes. Nos faltan manos para acariciar, labios para besar, cintura que estrechar, cuerpo que penetrar. Todo es ausencia.
Hay partidas, adioses de los que no volvieron ni volverán. Aun en las mejores y conquistadas alegrías, sobreviene de pronto un vacío y nos quedamos taciturnos, solos, tiernamente desolados.
Por suerte cuando soñamos vuelven todos, los que todavía son y los que fueron. Y abrazamos fantasmas, almas en pena y almas en gloria. Ellos nos cuentan su impiadosa sobrevida, aunque, eso sí, marcando siempre su territorio, que es sólo invierno.
Su exilio tan pasivo, tan inerte, no está consolidado. Con su martirio, nos martirizamos, quizá porque sabemos que todo eso acaba en un opaco despertar. Viene entonces la fase de ojos abiertos, también llamada insomnio. Allá arriba está el cielo raso, con la araña de siempre en su rincón de redes. Nos faltan manos para acariciar, labios para besar, cintura que estrechar, cuerpo que penetrar. Todo es ausencia.
Mario Benedetti - Vivir adrede.
lunes, 24 de agosto de 2015
Informe sobre caricias - Mario Benedetti
1
La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen
2
La caricia no es la copia
de otra caricia lejana
es una nueva versión
casi siempre mejorada
3
Es la fiesta de la piel
la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo a la lujuria
4
Las caricias de los sueños
que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tienen tacto
5
Como aventura y enigma
la caricia empieza antes
de convertirse en caricia
6
Es claro que lo mejor
no es la caricia en sí misma
sino su continuación
Mario Benedetti
La caricia es un lenguaje
si tus caricias me hablan
no quisiera que se callen
2
La caricia no es la copia
de otra caricia lejana
es una nueva versión
casi siempre mejorada
3
Es la fiesta de la piel
la caricia mientras dura
y cuando se aleja deja
sin amparo a la lujuria
4
Las caricias de los sueños
que son prodigio y encanto
adolecen de un defecto
no tienen tacto
5
Como aventura y enigma
la caricia empieza antes
de convertirse en caricia
6
Es claro que lo mejor
no es la caricia en sí misma
sino su continuación
Mario Benedetti
jueves, 20 de agosto de 2015
Hasta mañana - Mario Beneetti
Voy a cerrar los ojos en voz baja
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja
para la muerte que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos, tan pequeño
que a Dios invoco, pero no le pido
nada, con tal de compartir apenas
este universo que hemos conseguido
por las malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo
que este mundo de muerte a manos llenas?
Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.
No me lo digan cuando me despierte.
Mario Beneetti
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja
para la muerte que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos, tan pequeño
que a Dios invoco, pero no le pido
nada, con tal de compartir apenas
este universo que hemos conseguido
por las malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo
que este mundo de muerte a manos llenas?
Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.
No me lo digan cuando me despierte.
Mario Beneetti
viernes, 31 de julio de 2015
Medios de comunicación - Mario Benedetti
No es preciso que sea mensajera
la paloma sencilla en tu ventana
te informa que el dolor
empieza a columpiarse en el olvido
y llego desde mí para decirte
que están el río el girasol la estrella
rodando sin apuro
el futuro se acerca a conocerte
ya lo sabes sin tropos ni bengalas
la traducción mejor es boca a boca
en el beso bilingüe
van circulando dulces noticias.
Mario Benedetti
viernes, 24 de julio de 2015
Barco viejo - Mario Benedetti
La tristeza del mundo
es decir mi tristeza
empezó hace treinta años
en una noche hueca.
Por entonces los ángeles
trepaban por mis nervios
me dejaban promesas
me colgaban temores
y eso alcanzaba para todo el tiempo
para entender la vida
todo el tiempo.
Después de todo
no eran ángeles
eran tan sólo
escalofríos.
También tuve y no tengo un abuelo
con un siglo de cuentos
y una barba de seda
y dijo buenas noches
y se metió en su sueño
como huésped antiguo y de confianza.
Claro
no era su sueño
era su única muerte
nada más.
Por entonces había
nubes como montañas
y le horizonte era una cuerda floja
y los lunes
y miércoles
y viernes
Dios hacía equilibrio
sin caerse.
Pero no era Dios
era tan sólo
un barco viejo.
Mario Benedetti - Poemas del hoyporhoy.
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