viernes, 12 de septiembre de 2014
Alejandro Dolina
El amor es una situación de perpetuo peligro, cuando uno ama, siempre corre riesgo de que dejen de amarlo. Entonces se vive en un estado de alarma y cuanto más se alarma, más enamorado está.
Pero como nos sucede a todos lo seres humanos, corremos el riesgo de perder ese amor. Ese es el momento -para todos los artistas- en el que canalizamos nuestros sufrimientos a través de alguna obra.
Pero, es ineludible, a pesar de todo siempre quedan fantasmas flotando. A veces sucede que uno sale de un amor grande y entra en uno enorme y después de salir de ese amor enorme no aparece ningún otro.
Eso sí, cuando se trata de recuperar lo perdido, la mejor receta es hacer nada. Así nomas; no ir a golpear puertas ni tirar piedras a la ventana a medianoche, ni colgarse del teléfono a la espera de una pequeña señal de vida. Si el lugar que me pusieron es el de muerto, pues debo morirme bien...
Porque de eso estoy mas que seguro: cuando el amor se va... ¡No hay nada más parecido a la muerte!
Alejandro Dolina
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