Ir de nuevo al jardín cerrado,
Que tras los arcos de la tapia,
Entre magnolios, limoneros
Guarda el encanto de las aguas.
Oír de nuevo en el silencio
Vivo de trinos y de hojas,
El susurro tibio del aire
Donde las almas viejas flotan.
Ver otra vez el cielo hondo
A lo lejos, la torre esbelta
Tal flor de luz sobre las palmas:
Las cosas todas siempre bellas.
Sentir otra vez, como entonces,
La espina aguda del deseo,
Mientras la juventud pasada
Vuelve. Sueño de un dios sin tiempo
Luis Cernuda
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