En la inmensidad
del impetuoso océano
se perdieron tus palabras.
Y tu figura,
desgarbada y solitaria,
naufragó llevándose
mis ilusiones.
Profundo fue tu amor
como lo es el olvido,
que apagó el sonido
que acariciaba mis labios.
Y así, como un suspiro
regala a la vida su aliento,
yo te entregué al mar
que devora todos los recuerdos.
Paula Varau
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