lunes, 16 de febrero de 2015

Triste Nº 1 - Mario Benedetti

 Por la memoria vagamos descalzos
seguimos el garabato de la lluvia
hasta la tristeza que es el hogar destino
la tristeza almacena los desastres del alma
o sea lo mejorcito de nosotros mismos
digamos esperanzas sacrificios amores.

A la tristeza no hay quien la despoje
es transparente como un rayo de luna
fiel a determinadas alegrías.

Nacemos tristes y morimos tristes
pero en el entretiempo amamos cuerpos
cuya triste belleza es un milagro.

Vamos descalzos en peregrinación
triste tristeza llena eres de gracia
tu savia dulce nos acepta tristes.

El garabato de la lluvia nos conduce
hasta el hogar destino que siempre has sido
tristeza enamorada y clandestina

Y allí rodeada de tus frágiles dogmas
de tus lágrimas secas / de tu siglo de sueños
nos abrazas como anticipo del placer.
 
Mario Benedetti

domingo, 15 de febrero de 2015

Lluvia


La lluvia está cansada de llover
yo/cansado de verla en mi ventana
es como si lavara las promesas
y el goce de vivir y la esperanza.

La lluvia que acribilla los silencios
es un telón sin tiempo y sin colores
y a tal punto oscurece los espacios
que puede confundirse con la noche.

Ojalá que el sagrado manantial
aburrido suspenda el manso riego
y gracias a la brisa nos sequemos
a la espera del próximo aguacero.

Lo extraño es que no sólo llueve afuera,
otra lluvia enigmática y sin agua
nos toma de sorpresa/y de sorpresa
llueve en el corazón/llueve en el alma.

Mario Benedetti - Existir todavía

jueves, 12 de febrero de 2015

El diablo y yo nos entendemos... - Jaime Sabines



El diablo y yo nos entendemos
como dos viejos amigos.
A veces se hace mi sombra,
va a todas partes conmigo.
Se me trepa a la nariz
y me la muerde
y la quiebra con sus dientes finos.
Cuando estoy en la ventana
me dice ¡brinca!
detrás del oído.
Aquí en la cama se acuesta
a mis pies como un niño
y me ilumina el insomnio
con luces de artificio.
Nunca se está quieto.
Anda como un maldito,
como un loco, adivinando
cosas que no me digo.
Quien sabe qué gotas pone
en mis ojos, que me miro
a veces cara de diablo
cuando estoy distraído.
De vez en cuando me toma
los dedos mientras escribo.
Es raro y simple. Parece
a veces arrepentido.
El pobre no sabe nada
de sí mismo.
Cuando soy santo me pongo
a murmurarle al oído
y lo mareo y me desquito.
Pero después de todo
somos amigos
y tiene una ternura como un membrillo
y se siente solo el pobrecito.
 
Jaime Sabines - Otro recuento de poemas.

martes, 10 de febrero de 2015

Asidero en la oscuridad - Charles Bukowski


Estoy ahí sentado
borracho
escuchando las
mismas sinfonías
que me dieron
la voluntad de seguir adelante
cuando tenía 22.

40 años después
ni ellas ni yo tenemos la misma magia
precisamente.

deberías haberme
visto entonces
tan
esbelto
sin
barriga
era
todo nervio
demacrado:
violento, fuerte,
loco.

si me decías
una palabra
fuera de lugar
te partía el alma
allí mismo.

no quería que me
molestara
nada ni
nadie.

parecía estar
siempre de camino a alguna
celda
tras haber sido trincado por
hacer algo
en la avenida o
sus inmediaciones.

ahora estoy aquí sentado
borracho.
soy
una serie de
pequeñas victorias
y grandes derrotas
y estoy tan
asombrado
como cualquier otro
de
haber llegado
desde allí hasta
aquí
sin cometer ningún asesinato
ni haber sido
asesinado;
sin
haber dado con mi huesos en el manicomio.

mientras esta noche
me bebo a solas otra vez
el alma a pesar de todo el sufrimiento
pretérito
gracias a todos los dioses
que no estuvieron
de mi parte entonces.

Charles Bukowski

lunes, 9 de febrero de 2015

De lo que soy - Raúl Gómez Jattin

En este cuerpo
en el cual la vida ya anochece
vivo yo
Vientre blando y cabeza calva
Pocos dientes
Y yo adentro
como un condenado
Estoy adentro y estoy enamorado
y estoy viejo
Descifro mi dolor con la poesía
y el resultado es especialmente doloroso
voces que anuncian: ahí vienen tus angustias
voces quebradas: ya pasaron tus días
La poesía es la única compañera
acostúmbrate a sus cuchillos
que es la única


Raúl Gómez Jattin

sábado, 7 de febrero de 2015

Una pareja/2 - Mario Benedetti


Pensó ella...

Te dejé ensimismado en tu silencio
abandonado / no por mi abandono
sino por tu resaca de memorias
y por las barricadas del olvido

conmigo vas en mi costal de glorias
con frágiles adioses por las dudas
sé que siempre podré reconocerme
en tu mirada que lo dice todo

yo sé que a veces fabricamos cautas
distancias entre ambos / una lástima
pero de a poco se van estrechando
hasta fundirnos en un solo abrazo

somos dos sombras y también dos luces
alumbrémonos de una vez por todas
y hagamos del amor una corriente
que comunique nuestras dos orillas.
 
Mario Benedetti

viernes, 6 de febrero de 2015

Sucedidos/2 - Eduardo Galeano

 
 
 Antaño don Verídico sembró casas y gentes en torno al boliche El Resorte, para que el boliche no se quedara solo. Este sucedido sucedió, dicen que dice, en el pueblo por él nacido.
 Y dicen que dicen que había allí un tesoro, escondido en la casa de un viejito calandraca.
 Una vez por mes, el viejecito, que estaba en las últimas, se levantaba de la cama y se iba a cobrar la jubilación.
 Aprovechando la ausencia, unos ladrones, venidos de Montevideo, le invadieron la casa.
 Los ladrones buscaron y rebuscaron el tesoro en cada recoveco. Lo único que encontraron fue un baúl de madera, tapado de cobijas, en un rincón del sótano. El tremendo candado que lo defendía resistió, invicto, el ataque de las ganzúas.
 Así que se llevaron el baúl. Y cuando por fin consiguieron abrirlo, ya lejos de allí, descubrieron que el baúl estaba lleno de cartas. Eran las cartas de amor que el viejecito había recibido todo a lo largo de su larga vida.
 Los ladrones iban a quemar las cartas. Se discutió. Finalmente, decidieron devolverlas. Y de a una. Una por semana.
 Desde entonces, al mediodía de cada lunes, el viejecito se sentaba a lo alto de la loma. Allá esperaba que apareciera el cartero en el camino. No bien veía asomar el caballo, gordo de alforjas, por entre los árboles, el viejecito se echaba a correr.
 El cartero, que ya sabía, le traía su carta en la mano.
 Y hasta san Pedro escuchaba los latidos de ese corazón loco de alegría de recibir palabras de mujer.
Eduardo Galeano - El libro de los abrazos.

jueves, 5 de febrero de 2015

Cáscara y nada - Mario Benedetti


A veces el futuro es un sueño cerrado
y uno arroja la llave al precipicio
el corazón a veces nos despierta a los gritos
y uno se vuelve sordo de ternura

a veces es preciso que se nos caiga el cielo
para saber todo lo que nos falta
para inventar el surco del insomnio
para quedarse a solas con el mundo.

Casi siempre es la hora de la verdad vacía
sólo cáscara y nada
Dios inmóvil
es el temor recién amanecido
y ya opaco de veras
ya de veras maldito.
A veces el futuro es una noche sola
y uno gasta la urgencia en llegar a dormirse.



Mario Benedetti - Poemas del hoyporhoy.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Mi cama es de madera - Jaime Sabines



Mi cama es de madera
y cruje bajo el peso del amor jadeante,
pero mi cama es un barco inmóvil
que me lleva a donde quiero ir.
Carga mi soledad mejor que yo mismo
y conoce mis sueños
y se compadece de mí.
Mi cama es casi una nube,
es una alfombra para las pisadas de mi corazón.

A media luz o a obscuras;
en mi cama encuentro a mi mujer, mis hijos, mis libros,
mis recuerdos y mis cigarros.
Y encuentro a Dios, a veces,
en la luz de una tarde como èsta,
que besa con la yema de sus dedos los pàrpados
cerrados.

Amo mi cama porque en ella reposo como en mi muerte
y en ella siento que la vida puede ganarse aún.

Estoy agradecido porque tengo una cama
y es lo mismo que si tuviera un rìo,
lo mismo.
 
Jaime Sabines - Poemas Sueltos (1951-1961).

martes, 3 de febrero de 2015

Adioses (En defensa propia) - Mario Benedetti


Este adiós que te guardo
está madurando con los días
Exprimo nuestra vivencia
y no la dejo quedarse
en el pasado.

No puedo avanzar contigo
por que te deseo a cada instante
y desear lo que no se puede tener
es como escribir
sin que nadie te lea

Eso seguro que lo entiendes
Te quiero pero no deseo luchar
contra el destino
Disfrutaré de vez en cuando
de tu recuerdo
que seguirá alterándome.

 Mario Benedetti

Por siempre - Mario Benedetti

Si la esmeralda se opacara,
si el oro perdiera su color,
entonces, se acabaría
nuestro amor.

Si el sol no calentara,
si la luna no existiera,
entonces, no tendría
sentido vivir en esta tierra
como tampoco tendría sentido
vivir sin mi vida,
la mujer de mis sueños,
la que me da la alegría...

Si el mundo no girara
o el tiempo no existiese,
entonces, jamás moriría
Jamás morirías
tampoco nuestro amor...
pero el tiempo no es necesario
nuestro amor es eterno
no necesitamos del sol
de la luna o los astros
para seguir amándonos...

Si la vida fuera otra
y la muerte llegase
entonces, te amaría
hoy, mañana...
por siempre...
todavía.

 Mario Benedetti

domingo, 1 de febrero de 2015

BIENVENIDA - Mario Benedetti


Se me ocurre que vas a llegar distinta
no exactamente más linda
ni más fuerte
ni más dócil
ni más cauta
tan solo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabes
cómo te pienso y te enumero

después de todo la nostalgia existe
aunque no lloremos en los andenes fantasmales
ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco

yo nostalgio
tu nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie

tu rostro es la vanguardia
tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
con trazos invisibles y seguros

no olvides que tu rostro
me mira como pueblo
sonríe y rabia y canta
como pueblo
y eso te da una lumbre
inapagable
ahora no tengo dudas
vas a llegar distinta y con señales
con nuevas
con hondura
con franqueza

sé que voy a quererte sin preguntas
sé que vas a quererme sin respuestas.

 Mario Benedetti